Escribía no hace mucho un conocido crítico literario que una de sus distopías preferidas era la de imaginar qué habrían escrito los grandes autores de todos los tiempos si hubieran tenido Google a su disposición. Desde luego, el buscador «estrella» (más del 70 % del tráfico de Internet pasa por él) es un recurso de inestimable valor en la creación literaria o de contenidos. Claro que para que así sea resulta preceptivo saber cómo sacar el máximo provecho a tan potente herramienta.
Las pautas básicas
Las búsquedas aleatorias pueden ser una fuente de inspiración… o una gran pérdida de tiempo. Cuando escribimos sobre algún tema que no nos resulta especialmente conocido, Google puede ayudarnos de la siguiente manera:
- El entrecomillado. Introducir una frase literal entre comillas permite localizar tanto la fuente exacta como información adicional para la redacción del nuevo texto.
- El guion. Escribir un guion, no como una pausa breve sino como la presentación del símbolo matemático «menos», permite segmentar la búsqueda. Por ejemplo, podemos buscar un tipo de bebida pero excluyendo todas las referencias a una marca concreta.
- Versus. Si se va a comparar información sobre dos referencias distintas, puede introducirse la abreviatura «vs.» entre ambos términos.
Tampoco podemos olvidar la posibilidad de acceder a una base de datos con artículos periodísticos con más de un siglo de antigüedad.
Los riesgos de las páginas web de código abierto
No sabemos si es tu caso pero muchos autores han recibido instrucciones concretas de algún cliente para que no utilice Wikipedia como una fuente de información. No, esto no obedece a los caprichosos de un cliente imposible de satisfacer. El rigor debe ser el eje central en cualquier trabajo de creación de contenidos, razón por la cual compete al autor confirmar la veracidad de los datos consultados y la comprobación de su origen. En las páginas web de código abierto, esto es, aquellas que permiten la libre (o casi libre) edición de los contenidos, esta tarea resulta sencillamente imposible.
Por supuesto, esto no constituye una invitación a dejar completamente de lado plataformas como Wikipedia. Su utilidad es manifiesta pero conviene tomar ciertas precauciones para que prevenir posibles errores en nuestros textos. Por ejemplo, considera acceder a los hipervínculos que puedes encontrar al pie de cada entrada de la conocida como enciclopedia libre» Estas fuentes, que cuentan necesariamente con un autor identificable, sí permiten trabajar con mayores garantías de fiabilidad. Dependiendo de la popularidad del tema en cuestión encontraremos más o menos hipervínculos de confianza.
Distinguir el trigo entre la paja
Esta expresión tan castiza nos viene que ni pintada para rubricar esta modesta lista de recomendaciones. Somos conscientes de que muchos autores sufren grandes presiones para entregar sus textos con la mayor celeridad posible. Cuando estos trabajos versan sobre cuestiones poco conocidas para el autor, las dificultades para documentarse pueden hacer que las búsquedas indiscriminadas en Internet parezcan más atractivas. Aun entendiendo su situación, no puede olvidarse que la veracidad es una de las cualidades más importantes en alguien que escribe. ¿Realmente sale a cuenta perder nuestra credibilidad?
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