Resumiendo mucho el asunto, podríamos afirmar que el trámite de entregar un encargo es la parte más gratificante para los autores. Efectivamente, hacer llegar al cliente su texto (ajustándose en tiempo y forma a sus requerimientos, se entiende) supone tanto una liberación como una satisfacción. Ahora bien, tras el alivio inicial, al autor le queda siempre la duda de si su trabajo habrá cumplido las expectativas. Por ello, el feedback de los clientes resulta esencial en el desarrollo profesional de los autores.
Un toque más humano
La creación de un texto es un proceso individual, lógicamente, y, gracias a las posibilidades de las nuevas tecnologías, puede realizarse en cualquier lugar y momento. Consecuentemente, es posible que algunos autores sientan que su entorno de trabajo es frío y distante. El feedback de un cliente aporta ese toque humano a una relación laboral que no debería limitarse al número de pedidos realizados o al de encargos entregados a tiempo. La estadística no puede sustituir una valoración personal sincera.
Una ayuda para crecer
Por definición, los mejores autores (por supuesto, los de Textbroker) son sumamente exigentes con su trabajo y, en ocasiones, les cuesta dar un encargo por terminado. Siempre creen que pueden mejorarlo. Los informes de los clientes les ayudan en esa búsqueda constante de la excelencia, dado que así pueden pulir los pequeños detalles que distinguen un buen texto de uno perfecto. Y es que, los autores sacan una lectura constructiva tanto de los comentarios positivos como de los más negativos, vertiéndose todos -claro está- con respeto y cordialidad.
Obviamente, cuanto más completo sea el feedback, mayor será el provecho que puedan sacarle los autores. Textbroker, por ejemplo, facilita las valoraciones de los clientes con cuatro parámetros objetivos y diferentes niveles de calidad dentro de los mismos. Completando estas sencillas casillas, el autor dispondrá de información bastante certera sobre aquello que más ha gustado al cliente y sobre lo que debería mejorar en el futuro. Si esta puntuación va acompañada de un breve comentario, mejor todavía (a todos se nos esboza una sonrisa legítimamente orgullosa cuando leemos un «¡Buen trabajo!»).
Sentirse valorados
A nadie escapa que un trabajo tan exigente en términos mentales como el de la creación de contenidos está especialmente expuesto al estado de ánimo de los profesionales que lo ejercen. Un autor motivado puede escribir cualquier cosa y, muy posiblemente, en menos tiempo. En cambio, cuando el autor se siente desorientado o no sabe exactamente qué errores ha cometido en sus textos anteriores, las posibilidades de que el trabajo concluya exitosamente se reducen. Que exista una buena retroalimentación es clave en la motivación de los autores.
Realizar un feedback apenas ocupa unos minutos a los clientes (y tomándoselo con calma, dicho sea de paso) y, sin pretensión de herir susceptibilidades, es algo que dice mucho de ellos para los autores. Al fin y al cabo, por encima de los resultados materiales y cuantificables, no hay autor que no escriba mejor sintiendo que su trabajo no pasará desapercibido. Llamémoslo orgullo o, simplemente, confianza en uno mismo.
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