El año 2017 nos dejó un buen número de estadísticas y estudios sobre marketing de contenidos relacionados con el auge de los vídeos y las conductas de los usuarios de móviles inteligentes, su forma de buscar información relevante y la predisposición a consumir contenidos y realizar compras a través del smartphone. Los datos son meridianos, y llevan a conclusiones que colocan al mobile marketing y al videomarketing como dos temas de obligado estudio para el futuro inmediato.
El imperio de los teléfonos inteligentes
Una de las máximas universales que nos ha dejado 2017 es que el móvil es la herramienta por excelencia. La comunicación ya no se entiende sin un smartphone en la mano, y eso incluye la interacción entre una marca y su audiencia. No hay estrategia de marketing de contenidos en la actualidad que pueda ignorar el poder de los teléfonos inteligentes, al menos una que sea digna de alcanzar sus objetivos. Estudios como Mobile has changed search intent and how people get things done: New consumer behavior data así lo demuestran.
En él, Lisa Gevelber coloca al smartphone en el centro del universo marketero, arrojando un dato impepinable: el 96 % de los usuarios intenta cubrir sus necesidades recurriendo al móvil, principalmente buscando información relacionada con su necesidad. Sin duda, se trata de un porcentaje astronómico, pero es un dato que no termina de ser relevante sin una variable de peso: la repetición. Los usuarios de smartphones buscan, pero cuánto. Según Gevelber, un número de veces diarias que roza la obsesión.
En su estudio Micro-Moments Now: Why you should be the adviser consumers are searching for, asegura que las búsquedas a través de teléfonos móviles se habían incrementado hasta en un 80% entre 2015 y 2017. Una barbaridad, ciertamente, pero hay más. Lo curioso es que los usuarios hacen pequeñas pausas a lo largo del día, bautizadas como micro-momentos, para buscar lo que sea, desde información relevante hasta cosas sin importancia. De ahí que la tendencia actual sea conectar en esos momentos diminutos.
Sin móviles inteligentes no hay paraíso
No es de extrañar que atrapar a los clientes potenciales en esos micro-momentos sea uno de los retos que empiezan a despertar el interés de los marketeros, especialmente cuando Google nos recuerda que los teléfonos móviles se han convertido sin remedio en el enlace definitivo entre compradores y tiendas. El año pasado, el 70 % de los encuestados en el estudio de Gevelber que realizaron compras online, prefirieron el móvil para buscar el producto o tomar la decisión de compra.
De hecho, el mismo estudio asegura que el 92 % de las búsquedas vinculadas a un proceso de compra más o menos incierta termina con una decisión positiva. Es decir, la probabilidad de comprar algo usando el móvil es altísima. La conclusión es obvia, una empresa que no piensa en términos de móvil inteligente no tiene mucho que hacer en el mercado del siglo XXI. No solo porque no pueda alcanzar a sus clientes potenciales, sino porque estos no confiarán en la marca, por muy buena que sea.
En este sentido, parece ser que más de la mitad de los usuarios de teléfonos móviles son reacios a recomendar marcas cuyas páginas web no estén diseñadas para adaptarse al smartphone. Ya sabes a qué se debe el boom de las plantillas responsive en los sistemas de creación y gestión de contenidos más populares de Internet. Está claro que las técnicas de mobile marketing han dejado de ser un añadido más dentro de las estrategias generales del marketing de contenidos: se han convertido en su centro de gravedad.
Móvil y vídeo: el matrimonio perfecto
Con estos datos en pantalla, parece que el éxito está asegurado por el mero hecho de implementar estrategias dirigidas a usuarios de móviles inteligentes. Evidentemente, no es así. Las probabilidades aumentan, claro, pero hay que tener otros detalles en cuenta, tales como el tipo de contenidos que ofreces y la periodicidad con la que publicas. ¿Qué dicen al respecto las estadísticas disponibles y los estudios realizados desde 2017? Pues que hay que publicar mucho, y si hay vídeos de por medio, mejor que mejor.
El impacto de los vídeos en la audiencia es increíble, llegando a aumentar la posibilidad de conversión en un 97 %. En este sentido, estaríamos hablando de un incremento en la intención de compra que roza el 100 % (además de una mejora en la imagen de la marca), solo por incluir un anuncio online como parte de la estrategia. De esto ya nos hablaban Giordano, O’Neil-Hart y Blumenstein en 2016, pero los estudios independientes realizados en 2017 por diversas compañías de marketing han venido a confirmarlo con bastante certeza.
El poder del vídeo es tal, que las estadísticas hablan de un aumento significativo en el posicionamiento en buscadores, llegando a incrementarse en un 53 % la probabilidad de colocarse en la divina primera página de Google. Suena a un hechizo de Harry Potter, pero los números nunca mienten. En cualquier caso, si no te lo crees, siempre puedes decantarte por el vídeo en tus campañas por un hecho fundamental: el vídeo es sinónimo de un mayor porcentaje de conversiones y de un mayor engagement.
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