La bandeja de encargos de Textbroker puede presumir de ser uno de los espacios más observados de Internet. No en vano, nuestros autores, de creciente número y contrastada solvencia, la visitan asiduamente para cazar algún proyecto interesante. Sin lugar a dudas, las Direct Orders son las piezas más codiciadas por muchos motivos, como las tarifas más generosas o el mayor grado de conocimiento del cliente. No obstante, en determinadas ocasiones estos encargos se atragantan de manera frustrante. Para evitar estas situaciones, te mostramos algunos consejos para calibrar si debes hacerte cargo o no de una DirectOrder.
Los indicadores de posibles problemas
Trazando un paralelismo económico, podríamos establecer que cada DirectOrder cuenta con una prima de riesgo. Con esto nos referimos a que los autores deben ponderar una serie de parámetros objetivos que pueden ponerles sobre aviso de que ese encargo en concreto no les conviene. Estas serían las principales variables negativas:
- La DirectOrder presenta unas instrucciones incompletas, defectuosas, poco claras o, directamente, contradictorias.
- Las tasas de revisión y cancelación del cliente son muy elevadas.
- El cliente no responde a nuestros mensajes o no nos facilita las aclaraciones pertinentes.
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